Carla Filipcic Holm: «invitar al público a liberar la emoción que día a día se reprime»
Entrevista
Aún poco conocida por el público francés, la soprano argentina Carla Filipcic Holm nos da algunas reflexiones en el marco de su regreso al Teatro Colón, casi dos años después de un triunfo en este mismo escenario en Ariadna en Naxos de Strauss con 17 meses de interrupción debido a la pandemia mundial. Gracias a ella por aceptar esta entrevista:
Carla, cantaste en los escenarios más prestigiosos de Latinoamérica, en Estados Unidos, pero también en Suiza, Bélgica, Austria y Alemania. ¿Qué elementos podrías aportar al público francés para que comprenda mejor tu trayectoria?
Comencé a cantar relativamente joven en Argentina, y a los pocos años protagonizaba óperas en el Teatro Colón que, a pesar de ser enorme y en cierto modo es una casa A, está fuera del circuito europeo y prácticamente la figura del agente local allí no existe. Recién luego de continuar mis estudios en Alemania y vivir intermitentemente en ambos continentes comencé a encontrar espacios en Europa en donde me convocaron para cantar. Mi camino no fue trazado convencionalmente a través de una agencia (de hecho aún me resisto a tener una cuenta en Instagram y prácticamente no uso redes sociales), sino porque aquellos directores que me conocieron trabajando afortunadamente continuan convocándome, y de ese modo he trabajado siempre mucho cantando un repertorio operístico, sinfónico y camarístico pero con total libertad e interés artístico genuino, profundizando en la investigación vocal e interpretativa de cada pieza que es lo que me apasiona, y evitando cantar demasiado joven roles que definitivamente me hubieran perjudicado. He pasado paulatinamente desde todos los Mozart para mi tipo vocal hasta Verdi, Puccini, Wagner y Strauss, intercalados siempre con música sinfónica y de cámara en donde se aprende un tipo de "decir" que me resulta interesante intentar traer al lenguaje operístico.
¿Tenés un repertorio de predilección?
Amo toda la música de cámara, que es inagotable en todo sentido y que genera con el auditorio y el pianista o ensamble un placer más cercano a un encuentro amoroso íntimo que a un espectáculo teatral. En la ópera, que involucra a muchos más elementos y sus dimensiones son inmensas es mucho más difícil lograr esos niveles de intimidad, pero a veces es posible. Por eso cantaría sin cansarme toda la vida óperas de la brillante dupla Strauss-Hofmannsthal como Rosenkavalier (estudiar un rol como la Mariscala me hizo sentir bendecida cada día de mi vida y pasé meses hasta que logré terminar de cantar el primer acto sin quebrar la voz en llanto con la sabiduría del monólogo del tiempo o la fragilidad contenida del "Quinquin, [...] Er soll mich lassen"), Ariadne auf Naxos, o incluso un Wagner como Tristan, para citar algunos de los roles que canté y adoro, ya que ofrecen tanta riqueza y complejidad entre libreto, personajes y música que es un viaje fascinante sumergirse en ellos. Del mismo modo me entusiasman proyectos alternativos, u óperas como The Consul [de Gian Carlo Menotti] que proponen explorar teatralmente el naturalismo o la noción de cuarta pared, lo cual presenta un gran desafío al tener que proyectar la voz por sobre una orquesta.
Tu interpretación de la aria "Ah perfido!" de Beethoven es tu primer concierto desde el inicio de la pandemia Covid-19 en Argentina en marzo de 2020, ¿cómo viviste este período tan difícil y este regreso a los escenarios?
En lo personal, creo que como todos, enfrentando momentos de gran soledad y tristeza de perder demasiado pronto a tantos seres queridos y colegas. En lo profesional, atravesando también con dolor duelo tras duelo con cada producción que se esfumaba del calendario. Sin embargo seguí cantando, y decidí invertir toda la energía que estaba libre en profundizar mis estudios en Ciencias Antropológicas, y construir junto con otros colegas espacios en donde aunar fuerzas, debatir y pensar en mejorar las condiciones de nuestra profesión pensando en las futuras generaciones, lo que dio lugar por ejemplo al Primer relevamiento nacional de cantantes líricos profesionales, la creación de la Asociación de Cantantes Líricos de la República Argentina (CLARA), y la Red Lírica Solidaria Argentina que busca principalmente dar alivio a colegas que perdieron total o parcialmente sus ingresos en la pandemia.
Con respecto al regreso, además del enorme cambio de pasar de la referencia acústica tan prolongada del ámbito hogareño a la amplitud de un espacio teatral que se siente tan liberador y que devuelve la verdadera dimensión del cuerpo como instrumento lírico, creo que la pandemia nos ha sensibilizado más. En lo personal nunca persigo un canto voluminoso que impresione sino que conmueva e invite a conectar con la vulnerabilidad del ser humano. Hoy más que nunca creo en la necesidad del arte y en que brindarse a través de la música es invitar al público a liberar la emoción que día a día se reprime, para soltarla y aliviar apenas algo aquello que duele. Al menos ese fue mi deseo con la interpretación de Beethoven.
¿Qué consejos le daría a una joven soprano argentina que quisiera hacer carrera?
En primer lugar que no crea en todo lo que ve en redes sociales. Que busque maestros con experiencia y exigencia que la orienten de manera saludable, amorosa y lo más temprana posible con herramientas técnicas sólidas. Que escuche mucha música, y no sólo las arias o canciones que debería o querría cantar. Que escuche muchos cantantes de todas las cuerdas. Que lea y se nutra de otras formas de arte que contribuirán a dar profundidad a su personalidad artística.
¿Cuáles son tus proyectos artísticos para los próximos meses?
En este año, confirmado, tendré el placer de cantar los Rückert Lieder de Mahler a fines de septiembre y en noviembre la reposición de la Ariadne auf Naxos en concierto que debutamos en febrero con la conducción del Maestro Alejo Pérez, esta vez afortunadamente con audiencia en vivo, y ambos para la ópera de Flandes (Amberes) en donde es un placer inmenso trabajar. Otros compromisos están aún en suspenso o siendo reprogramados a causa de la pandemia.
Foto de portada: Carla Filipcic Holm en la aria "Ah perfido!" de Beethoven, temporada 2021 de la Orquesta Estable del Teatro Colón ©Prensa Teatro Colón / Máximo Parpagnoli.